martes, 24 de marzo de 2015

EL ESPACIO COMO ELEMENTO FACILITADOR DEL APRENDIZAJE


Como docente de grado transición he sentido la necesidad de reflexionar sobre la importancia de reconocer los espacios escolares y la organización del aula como un elemento vital en la actividad docente, por lo tanto es necesario estructurarlos y organizarlos adecuadamente para lograr en los estudiantes una disposición a aprender, a pensar, a querer estar ahí y no en otro lugar, a sentirse queridos y a desear regresar cada día.

Entendemos por ambiente de aprendizaje el espacio físico o paredes que delimitan los enseres y materiales  educativos que se encuentran en él, pero que carecen de sentido si no se interrelacionan y si no existe un motor que los mueva y propicie relaciones que favorezcan el aprendizaje como es el docente.

El ambiente tiene influencia en las actividades del hombre, en su alimentación, en su salud, así como en sus enfermedades y en sus angustias (Roldán, et al., 1999); “comprende aquello que es extrínseco al organismo y que de algún modo actúa sobre él” (Mazparrote y Cenicero, 1992:6). Tal aclaración nos conduce a manifestar que el ambiente “involucra todo aquello que rodea al hombre, lo que puede influenciarlo y puede ser influenciado por él” (Morales, 1999:31). Se forma por las circunstancias físicas, sociales, culturales, psicológicas, pedagógicas que rodean a una persona, por lo cual tiene la característica de ser peculiar en relación con las características de estos elementos.



El entorno escolar debe facilitar a los estudiantes el contacto con materiales y actividades diversas que permitan su desarrollo cognitivo, afectivo y social, de ahí  la importancia  de un ambiente escolar propio, diverso y teniendo en cuenta que no todo aprendizaje se debe desarrollar dentro de las cuatro paredes del aula, porque se pueden ofrecer otros escenarios distintos ya sean construidos o naturales dependiendo de las tareas y objetivos emprendidos.

Menciono todo lo anterior por la experiencia que vivo actualmente ya que por causa de remodelación de la escuela Antonio Jota donde he compartido con los niños de preescolar, hoy puedo comparar el comportamiento de los niños cuando se encuentran en dicha sede  y en la que actualmente estamos donde nos encontramos estrechos, con poca luz y mucho calor, situaciones que hacen que los estudiantes sean más indisciplinados y se desconcentran con facilidad, por lo contrario un aula cómoda y espacios adecuados permiten y facilitan ambientes agradables.




Es de anotar que cualquier espacio de nuestra escuela puede ser un lugar educativo si se organiza teniendo en cuenta nuestros proyectos y programas, si somos creativos se puede sacar provecho de espacios comunes como. Pasillos, rincones escaleras, patios, jardines, sitios que nos permitan desarrollar actividades diferentes como: observar, experimentar, descubrir, de tal forma que se multipliquen los recursos y se pueda ampliar su utilización y poder alejarnos un poco del aula que a veces se torna monótona y aburridora.